Sin duda todas las miradas están posadas en el proceso de paz en este momento, y lo que pueda pasar después del atroz ataque que dejó un lamentable saldo de 11 soldados asesinados, 20 más heridos, y el corazón de todo el pueblo colombiano dolido.
¿Cómo ocultar un ataque de tal magnitud? Imposible, pues hasta los defensores directos del gobierno han tenido que reconocer la brutalidad de la acción, pero más allá, la estocada mortal que todo esto ha significado a la confianza de los colombianos.
El tema, es mucho más grueso de lo que se ha querido mostrar, pues la situación no radica en la polarización que caracteriza a Colombia desde las pasadas elecciones, sino en la pérdida de credibilidad de un pueblo a su mandatario.
Ciertamente, este es el eje central del que podría llamarse “Caos de Gobernabilidad”. Y aunque parezca difícil de creer, la respuesta ha estado siempre frente a nosotros, tal como lo dijera el gran J.F.Kennedy “Se puede ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la otra mitad en contra”.
Eso es lo que lamentablemente pasó, que si bien el pulso presidencial lo ganó el actual mandatario, él mismo desconoció que su triunfo lo obtuvo tan solo con un 6% de diferencia, y más aún, ambos desconocieron que solo la mitad de colombianos decidió participar de dicha elección. Y si bien existe un jefe de Estado, claramente podemos observar que los intereses de la totalidad de compatriotas no están reflejados en él, no obstante, en una democracia la mayoría, por minoría que sea, es quien toma la decisión.
Hoy vemos un pueblo que se ha distanciado más de su gobierno y desafortunadamente una guerrilla que pareciera no apuntarle a la paz, pues aunque sobre la mesa se planten unas salidas filosóficas al conflicto, en el campo su actuar sigue siendo el mismo.
Y sin duda habrá quienes aseveren que son los efectos de negociar en medio del conflicto, pero, si en el hogar un hijo se rebela, se marcha de la casa, ofende a su familia y con el tiempo quiere volver, ¿quién fijará las condiciones, aquel joven que lastimó, ofendió e hizo daño, o la familia que le quiere recibir?
La verdadera salida a este conflicto va más allá de retomar las acciones militares, -claro ha sido una falla del gobierno ceder a falsas promesas -la verdadera salida del conflicto es la común unión, las diferencias son las que deben enriquecer la unidad.
Desde la bancada vertical del Movimiento Político MIRA, hemos abrazado siempre la bandera de la Independencia, pero esta es solidaria y propositiva. Hemos dejado sobre la mesa las diferencias con el actual gobierno, pero también hemos celebrado sus buenas iniciativas, ese es el sentir que como ciudadanía debemos tomar, pues por encima de que quien nos gobierne sea o no de nuestro agrado, apoyar lo bueno y rechazar lo malo, y cuando quien gobierna no cumple con su función, bueno, para eso la constitución ha sido sabia en establecer unos mecanismos.
Por lo pronto, si realmente queremos alcanzar la paz, debemos empezar por limar nuestras propias asperezas, porque hoy nos hace más daño nuestras guerras ideológicas, que incluso los mismos grupos al margen de la ley, pues la falta de Común Unión, es la estocada mortal para cualquier sociedad.
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