Esperamos ansiosamente que llegara el dos de octubre para saber de una vez por todas cuál era el sentir del pueblo frente a los acuerdos firmados entre el gobierno de Juan Manuel Santos representado por los negociadores de la Habana en cabeza de Humberto de la Calle Lombana y el Secretariado General de las FARC, luego de cuatro años de negociación, y el resultado fue el vaticinado: el triunfo de una de las partes sobre la otra, prácticamente en un empate técnico, pues la diferencia no alcanzó a superar el 0,5%.
Dicen algunas personas que hablan de política que era mejor que el SI perdiera por esta diferencia a que ganara por un margen tan bajo, pues quedaría un sin sabor que generaría dudas; pero al ganar el NO por tan bajo contraste, simplemente se comprobó que este país está dividido equitativamente en dos bandos y ante un abstencionismo tan elevado, pues también se puede deducir que el país más que dividido en dos grupos, está más bien dividido en tres importantes sectores, uno que se identifica con el gobierno, otro que comulga con la oposición y un tercer grupo que no desea participar ni ayudar a decidir.
Luego de esa reflexión que expreso, que tal vez pueda sonar algo irrelevante, es en realidad la lectura que yo hago de lo que acontece.
Pero otra situación que también identifico es la pérdida de peso absoluto de los viejos jefes políticos de la región, pues eran ellos los llamados a liderar en todo el departamento la campaña por el SI; y por ejemplo en el Huila fue un completo fracaso. Pero no es que los congresistas del Centro Democrático sean los grandes gamonales de esta zona, ¡nooo!, si por ellos fuera el NO habría sido un fiasco. El resultado es en realidad el inconformismo de los huilenses frente a todo este tema, pues ha sido uno de los departamentos más golpeados del país con el avanzar de las FARC durante toda su existencia.
Aprovechando la situación para revisar la actualidad política observo que lo mejor que pueden hacer los senadores actuales de los partidos tradicionales es buscar carne nueva para las próximas legislativas porque ellos huelen a carne chamuscada. Lo más grave de todo es que los nuevos candidatos que aparecen también generan mucha desconfianza por la flojera y falta de fuerza, además de conocimiento del departamento.
La verdad indiscutible es que la pérdida tan fuerte del SI en el Huila debe preocuparle más a los rojos y azules que a los mismos verdes.
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Por: René Cantillo Álvarez – renedcantillo1@hotmail.com