Estamos en una encrucijada, se nos abren dos caminos absolutamente distintos, opuestos, contrarios y cualquiera sea el que tomemos las cosas cambian o siguen como están, por un lado, está el país que promueve el Estatus Quo (Seguridad, explotación de recursos naturales, privilegios y beneficios, buscando siempre un enemigo común a quien echarle la culpa de los males que ellos mismos han creado) muy al estilo de Adolf Hitler, se procura generar el odio extremo a los males gemelos del mundo: el comunismo y el judaísmo y la solución final es su eliminación.
En Colombia, son las FARC, el volvernos otra Venezuela, el castrochavismo, los movimientos sociales, los ambientalistas etc.) Claro, para lograrlo se requiere de un superhombre “o unos padres de la patria” (Friedrich Nietzsche en “Así habló Zaratustra”) que lideren este proceso y que “ilumine” al pueblo con palabras simples y repetitivas y le diga lo que tiene que hacer, no importa los medios, hay que ser Maquiavélicos, si no los fines y los “Interés supremos de la Patria” o mejor de sus bolsillos.
Que la justicia demuestre con pruebas fehacientes que nos gobiernan y han gobernado delincuentes de cuello blanco (Por supuesto tenemos excepciones de funcionarios probos e intachables que suelen salir muy rápido de los gobierno de turno) quienes se aprovechan de la situación de victimización de la violencia generada por el conflicto interno armado y por los grupos guerrilleros como las FARC, ahora por fuera de la guerra y sin ninguna esperanza a mediano plazo de incidir en el poder político, porque el país ya le pasó la cuenta de cobro en las urnas.
Ellos aprovechan este miedo y le sacan réditos políticos o mejor curules en el Congreso, Ministerios etc., se han reinventado un discurso bastante convincente y adicional señalando que si Colombia no los apoya nos vamos a convertir en otra Venezuela como si aquí viviéramos en Suiza, otro cuentazo que bien echado y repetido en los medios de desinformación nos terminarán convenciendo como ya lo hicieron en el Frente Nacional que en los partidos tradicionales está la solución a todos nuestros males, como si no fueran ellos mismos los causantes de que Colombia sea lo que es hoy.
Que Colombia sea un campeón en corrupción, que los niños se mueran de hambre, que existan mafias en el programa de alimentación escolar, que exista el cartel de la hemofilia, los escándalos de REFICAR, Agro Ingreso Seguro y que la gente se muera en los hospitales por un sistema que se volvió un negocio, con Palacino y sus secuaces, que seamos de los países más desiguales, que hayan puentes donde no hay ríos y que los puentes se caiga en nuestras narices, que el único requisito para pertenecer a sus aliados sea el tener prontuario delictivo y que parte del gabinete de un gobierno este preso o prófugo de la justicia, que Colombia sea uno de los 12 países de haber recibido millonarios sobornos por parte de la constructora brasileña Odebrecht, o que la Justicia este igualmente envuelta en el Cartel de la Toga, eso no importa, tenemos a grandes colombianos liderando la recuperación del país que ellos mismos han destruido y saqueado como cuervos. Mejor dicho aquí estamos decidiendo que Garavito se rehabilite cuidando niños en un jardín.
Claro todo tiene una explicación, German Castro Caicedo, decía que acabar con la cultura de la ilegalidad requiere de dos generaciones, pero bueno ello ocurriría si nos damos a la tarea de cambiar el chip y de dejar a un lado tanta infamia, de hacer de los recursos públicos fuentes de enriquecimiento de los que viven de dividir al país y de aprovecharse de la bajas condiciones de lectura crítica y análisis argumentativo del promedio colombiano, teniendo a la educación como una prioridad, como el remedio a todos nuestros males, como el elixir de la eterna juventud y como una salida y solución tal como lo diría nuestro premio nobel Gabriel García Márquez, para cambiar este país hay que educarnos de la cuna hasta la tumba.
La otra vía, ya la hemos probado en Colombia, tenemos a personas que han liderado grandes procesos de cambio en ciudades y departamentos enteros que por fuera de la maquinaria y la politiquería, han mejorado los índices de pobreza, educación, salud, cobertura en vivienda etc., que han demostrado que el mérito, la transparencia y la promoción de la educación son las mejores herramientas para lograr verdaderos cambios, que se pueden revisar sus cuentas y no tienen tacha, en fin, que no hecha globitos al viento y que de hecho no miente, ni hacen de la mentira una forma de conseguir votos, “Por sus hechos los conoceréis” dice el adagio popular y Colombia tiene otra salida, rogaré al todo poderoso por que la iluminación llegue a nuestra patria, para que ese pueblo piadoso del sagrado Corazón de Jesús, que se regocija en oración profunda con el mensaje del señor Jesucristo en esta Semana Santa, sea permeado por la enseñanza de la palabra y que por ende, no repitamos la injusta historia que tanto nos repiten en la Iglesia y que ya es hora que haga mella en nuestras conciencias y de paso en Colombia no sigamos escogiendo a Barrabas.
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Por: Alfredo Vargas Ortíz – alfredo.vargas@alcaldianeiva.gov.co
Twitter: @Alfredovargaso – Secretario de Educación