Es noticia aún el préstamo que el Gobierno Duque facilitó a una empresa que no es colombiana. Con esos recursos se podrían salvar las vidas de miles por cuenta del Covid-19, así como solucionar y avanzar en tantos temas igual de urgentes en las regiones.
Desde el senado de la República se alzaron las voces de algunos que advierten que con esos dineros (370 millones de dólares), el país pudo comprar hasta 20 mil respiradores y contratado el personal necesario para apoyar la emergencia por la pandemia. Igual el apoyo pudo ser efectivo en plata contante y sonante para cerca de 30 mil pequeñas y medianas empresas – comercio pequeño, bares, restaurantes, salones de belleza, tenderos- a quienes se habría permitido un enorme respiro, así como una gran oportunidad de reorganización, los que, o están quebrados o van hacia esa inevitable quiebra y que habrían podido recibir una suma de por lo menos hasta 50 millones de pesos para atender sus urgencias.
Igualmente, desde otros sectores se vieron justos reclamos. En nuestro país apenas hay 18 mil empresas beneficiadas con recursos de Bancóldex las que no han recibido más de 3.000 dólares, 11 centavos de dólar para cada colombiano beneficiario del ingreso solidario, hospitales que no han recibido un solo centavo, el bono prometido al importante, esencial y fundamental gremio de la salud y sus mejoras laborales que no llegan, ¿porque no apoyar la matrícula cero en las universidades públicas?, Alcaldías y Gobernaciones juran recibir por parte del Gobierno central únicamente consejos.
Avianca es una multinacional que maneja el monopolio del transporte aéreo en Colombia, y a la cual no le cabe una queja más ante la Superintendencia por sus incumplimientos y cobros excesivos en los tiquetes, insolidaria con los colombianos (Cuando hay emergencias de carácter humanitario y económico en la vía al llano, Avianca no se ha prestado a la colaboración para ayudar a salvar al llano de la quiebra).
Ya venía quebrada de tiempo atrás. Los problemas de Avianca no llegaron con la pandemia, sus enredos económicos tienen a su antiguo gerente y propietario respondiendo por sobornos y malos manejos, mientras, los ciudadanos de a pie debemos enfrentar todo tipo de obstáculos por parte de bancos y entidades gubernamentales que nos exigen todo tipo de garantías exageradas para otorgar un crédito o apoyo mínimo.
¿Por qué no fortalecer SATENA, nuestra empresa aérea que sí es clave para la conectividad de los territorios y las regiones más apartadas? ¿Por qué no apoyar a tantos que también prestan un servicio esencial en el país? ¿Como se le explica al pequeño y mediano empresario que también genera empleo? ¿Qué le decimos a nuestros campesinos arruinados y a nuestros niños sin equipos ni conectividad a quienes deberíamos garantizar su acceso a educación y a los que siempre están en total abandono?
Se gobierna para inmensas minorías como bien lo dijo el maestro Carlos Gaviria Diaz, y se margina aún más la población vulnerable cargada de necesidades, haciendo más graves sus problemas de región, mermando su capacidad maniobra por la falta de presupuesto, oportunidades y de voluntad política de servir.
—
Por: Igor Andrés Morales – igorandrescortesmorales@gmail.com
Twitter: @igorandrescort1