Cuando una persona nunca ha estado inmersa en algún tema de corrupción y que como profesional por más de veinte años ha tenido un desempeño brillante, producto de su inteligencia y disciplina, es coherente que no se desvíe tan fácilmente como alcalde o que entre de repente a la mediocridad del círculo vicioso de la administración pública, como ocurre con cualquier parroquiano que se hace elegir comprando votos y repartiendo la ciudad a los comerciantes de lo público.
Abandonar los principios y lo que se ha dicho y hecho en el trayecto, no se tira tan fácil a la caneca y menos cuando hay capacidad, liderazgo, carisma y sobre todo pasión por la gente. Precisamente, un buen gobierno es el que le da participación en las decisiones a la comunidad, el trabajo comunitario y social, genera oportunidades para los más vulnerables. La corrupción es un martillo que golpea enterrando oportunidades.
Un gobierno transparente y con compromiso con los recursos públicos puede generar programas en los que se beneficien más personas y de una mejor manera, la corrupción aplaca las posibilidades de empleo, en el caso de las obras públicas las comisiones o “mordidas” limitan el alcance de los proyectos y causan sobrecostos en los que perdemos todos los ciudadanos, mientras otros se lucran y se divierten a nuestro costo.
Tener vivienda digna es importante para una familia que igualmente lo es tener una calidad de vida digna, y esto se logra con programas de gobierno que garanticen educación, salud y empleo para todos, sin sesgos politiqueros, sin resentimientos electorales. Neiva necesita atacar el cáncer de la corrupción, la misma que tiene por colapsar a las Empresas Públicas de Neiva, la misma que es la fuente de inseguridad, de sobrecostos en las inversiones.
El verdadero líder que la ciudad requiere, no necesita caer en la tentación de la compra de votos, ni en la negociación de cargos o de contratos, ni en tener encima a caciques dando órdenes; por supuesto que los políticos necesitan de políticos pero una cosa es mediante alianzas programáticas y otra es mediante alianzas burocráticas o fermentando carruseles que bien caro nos salen a todos.
El verdadero líder para Neiva es el que le dé la pelea a la corrupción, el que admita los mecanismos de participación ciudadana, el que no necesite hacer convenios ilegales con concejales, el que quiera transformar para bien la ciudad, el que elija libremente a su equipo de gobierno, el que se apasione por lo social y su tejido, el que no vea en cada gestión una tajada. El líder nace de su propia estructuración como persona y no necesita desprestigiar a nadie porque sabe que la lengua condena.
En Neiva hay mucho en juego este 25 de octubre, hay dos propuestas punteando las preferencias,Neiva tiene por un lado la medicina para muchos males de gobierno y por otro lado está la propuesta de un virus que atacará de nuevo el erario y que tiene promotores encima presionando más males para la ciudadanía.
Se definirá si gana la inteligencia prudente y con proyección o si gana el derroche de banalidad y de negocios oscuros e inconvenientes. Los ciudadanos definirán si quieren alguien que enfrente la corrupción o alguien que la agudice y desangre la ciudad.
Es una vergüenza para nuestros hijos que se enteren que todavía sigamos eligiendo gobernantes que compran a diestra y siniestra los votos. En Neiva se juega la oportunidad de que gane el voto consciente y así la ciudadanía apropiarse del respaldo que se da a un gobernante y al cual es la misma ciudadanía que le pedirá resultados y cumplimiento de los compromisos, principios y programas planteados para gobernar el destino de los próximos cuatro años de los neivanos.
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Por: Carlos Cabrera Collazos – ccabreracollazos@gmail.com