El Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, desde el año 2018, lanzaron el Índice de Competitividad de ciudades en el país. Solamente se incluyeron 23 ciudades de las cuales, 7 son áreas metropolitanas y 16 capitales.
Al inicio, se tuvo dificultades en el suministro de la información estadística por parte de las administraciones municipales, por lo cual no se logró una medición confiable en el desempeño competitivo de la totalidad de las localidades. Posteriormente el requerimiento total de la información no se suplió en su totalidad.
Hay que destacar, que, en el desarrollo del Foro Económico Mundial, que se desarrolló antes de la pandemia del Covid, se determinó que algunas ciudades capitales que no tienen estructurada dicha información estadística, simplemente se califica con el ítem “No aplica”, como ocurre en las capitales de los territorios nacionales.
Por este motivo, el ICC 2020, se implementaron algunos ajustes metodológicos, que permitieron integrar a las 32 capitales del país, para lograr la medición del desempeño competitivo de éstas.
Por tal motivo, la medición que se realizó en las vigencias de 2020 y 2021, coloca a la ciudad de Neiva en la posición 14, en medio de la más grande tragedia sanitaria que haya sufrido la sociedad mundial y que nos ha afectado a nivel local desde hace 18 meses.
Consideramos que no es muy objetiva esta medición, por la crisis económica que agudizó los niveles de bienestar de la sociedad huilense. Igualmente, el olvido del gobierno central para solucionar los grandes problemas estructurales que tiene la región, entre los cuales se tienen algunos pilares de la infraestructura y equipamiento, adopción de las TIC, educación superior y formación para el trabajo, entorno para los negocios, mercado laboral, innovación y dinámica empresarial, entre otros pilares que conforman la base para obtener la información estadística.
Todos conocemos que las finanzas públicas locales y regionales, han estado bastante afectadas por el impacto negativo que generaron los reiterados confinamientos decretados por el gobierno nacional. Igualmente, el abultado déficit fiscal que presenta la Nación ha impactado negativamente por la disminución de las participaciones y transferencias del Sistema General de Regalías, que son el soporte fundamental para la inversión de grandes proyectos de desarrollo social, económico y de infraestructura.
Igualmente, la distribución inequitativa de los recursos del presupuesto nacional para las otras regiones del país, que han logrado avanzar ostensiblemente en los pilares del desempeño competitivo de sus localidades.
El camino hacia el progreso y desarrollo requiere de compromiso y trabajo coordinado entre el Gobierno, sector privado, academia y la sociedad. Además, resolver los principales cuellos de botella de la localidad no puede realizarse exclusivamente a nivel departamental. De hecho, en la visión propuesta para el año 2050, el Huila también se ha propuesto trabajar en el cierre de sus brechas regionales, tarea que aún tiene pendiente.
No obstante, no sobra recordar que el diseño e implementación de política públicas basadas en indicadores de diagnóstico es una labor continua. Por lo tanto, y especialmente en el contexto actual de la administración municipal, el IDC 2021 debe seguir consolidándose como un instrumento fundamental para la toma de decisiones para las autoridades locales.