Mucho análisis, pocas decisiones y crisis en materia vial y de seguridad, pueden resumir el balance de los 100 primeros días de este año, que son además el centenario tanto del alcalde Germán Casagua como del gobernador Rodrigo Villalba.
De alguna forma, los comienzos de gobierno, permiten conocer la forma de gobernar de cada quién. Al alcalde Casagua lo habíamos conocido únicamente por su sentido crítico, pero no administrando, y puede que todo lo que esté pasando, sea su forma de mostrar el estilo que quiere implementar, algo así como de serenidad a la hora de tomar decisiones.
Por ejemplo, su gabinete no se posesionó el primero de enero. Poco a poco los fue nombrando, incluso cuentan, que tuvo que bajar del bus a varios, a los que les había prometido el puesto, pues al final para cumplir cuota de género, tuvo que buscar mujeres. Hoy aún le falta por nombrar Gerente del SETP, de la ESE, y hay algunos cargos a nivel directivo en los que definitivamente no nombrará a nadie para fusionar con otros a futuro.
Y puede ser su estilo de gobernar, tal vez de una persona que no actúa bajo presión y prefiere tomarse su tiempo para decidir. Sin embargo, el tiempo en la administración pública, es un lujo escaso, que muchas veces lleva a que no se actúe con la determinación que se necesita.
Algo en lo que coinciden muchos neivanos por estos días, que le piden al mandatario local, más celeridad para tomar decisiones y actuar. Empezando por los concejales Lourdes Mateus, Juan Diego Amaya y Humberto Perdomo, que le dicen que ya es hora de empezar a gobernar. Para la muestra un botón. La concejal Lourdes dice que no es posible, que, ante tanta dificultad, el Concejo lleve mes y medio sin sesiones porque no hay proyectos para presentar, como si Neiva no tuviese problemas qué resolver.
Lo peor es que los problemas que hoy más aquejan a los neivanos, no son nuevos. La falta de seguridad y el mal estado de la malla vial, son temas que incluso fueron caballitos de batalla de la campaña del actual alcalde. De ahí que sorprenda que aún no tengamos una ruta clara y definida para actuar sobre estos temas.
Solo hace dos días, el alcalde dijo que presentará en junio un proyecto al Concejo, para crear una nueva carga tributaria que ayude a financiar la seguridad. La idea es que al impuesto predial se le cargue un 2%, una sobretasa, que contribuya a financiar la lucha contra los delincuentes.
Si se aprueba, se empezará a cobrar en 2025, luego a corto plazo no es una medida que nos pueda ayudar con el problema, y mientras tanto seguimos a la merced de las disidencias y la delincuencia. Se habla de 200 uniformados más que esperamos puedan ser vinculados pronto, y de resto, no vemos una salida pronta.
Situación aún peor se vive con la malla vial. Empezando gobierno el alcalde dijo que recuperaría la malla vial en sus 100 primeros días y solo hoy, día 101 de gobierno, apenas se iniciaron trabajos en la Avenida Circunvalar. Aun no se sabe cuál es el plan estratégico de fondo. Solo se ha dicho que el contrato de suministro de asfalto que dejó la administración anterior presenta irregularidades, y por eso no se había empezado a reparchar. El problema es que la malla vial empeora cada día y con las lluvias acrecientan el problema, y se necesita urgente, un plan de mitigación que evite que después la inversión deba ser aún mayor.
Así que sí, es importante arreglar la casa como ha dicho el Alcalde que está haciendo, ordenar el gasto y denunciar, si se encuentran, irregularidades de la anterior administración; pero además de ese control político que hacía en el Concejo, ahora debe gobernar y para ello es imperativo tomar decisiones, pasar a las acciones que tanto prometió en la campaña.
“Desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”, dice el adagio popular de los abuelos, y ya es hora que los neivanos sepamos qué nos deparará el futuro de su administración, brindando de paso la tranquilidad que requerimos.
Algo similar se le pide al Gobernador. No puede ser que hace solo dos días conocimos el nombre de la Secretaria General que lo acompañará en su gabinete. Se demoró 100 días para tomar esa decisión. Aún la vinculación de personal, incluso por prestación de servicios es lenta. Pareciera que la crisis financiera no estuviera en la Alcaldía sino en la Gobernación.
Algo extraño en Rodrigo Villalba, un político que se ha caracterizado por su templanza y por no titubear a la hora de hablar y tomar decisiones.
Sin embargo, en su defensa hay que decir, que mientras que los nombramientos han estado lentos, la capacidad de liderazgo y gestión ha sido evidente. Se ha movido bien ante el Gobierno Nacional y su experiencia en el legislativo por tantos años, al lado de muchos de los que ahora son ministros, incluso al lado del presidente, le han permitido ser escuchado en el escenario nacional. Ya ha tenido el ministro de Defensa en la región analizando el problema de seguridad, y viene gestionando temas importantes. A diferencia del Alcalde, el Gobernador pareciera que se ha preocupado más por gestionar que por organizar la casa y completar su equipo, de alguna forma también, como estrategia para darle tiempo a los muchos compromisos que puede tener un mandatario recién electo, y que a veces se vuelven una piedra en el zapato para tomar buenas decisiones.
Lo cierto es que, en ambos casos, los problemas a los que se han tenido que enfrentar, han hecho más visibles las expectativas que sembraron en la campaña, y de alguna manera estos 100 primeros días, se hayan vuelto una cuenta de cobro, que ha torpedeado, la luna de miel que todo gobernante tiene en sus inicios de gobierno.
Habrá que esperar ahora qué nos sirven de almuerzo y que este sea mejor que el desayuno.
Ñapa
Hablando de problemas en la luna de miel, la relación del Alcalde con los concejales, no es que sea la mejor. Empezando, es evidente el distanciamiento con el presidente Juan Diego Amaya, por quien el mandatario pidió votar, y al interior de la corporación se habla de un grupo de cabildantes que están inconformes con gobierno, porque el mandatario no contesta sus llamadas y tampoco les ha dado la importancia que esperaban. Algo que me recuerda a lo sucedido con Rodrigo Lara hace ocho años, que se peleó con los concejales y terminaron ellos montándole presidente de oposición los tres años siguientes.
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Por: Andrés Felipe González Díaz
Comunicador Social y Periodista
Especialista en Comunicación Digital
Asesor en comunicación política