Propender por una buena salud mental de os huilenses se ha convertido en una prioridad para sectores de la academia y las instituciones de salud de la región, de ahí que desde el Programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia y las secretarías de Salud Municipal y Departamental se desarrollen programas y acciones de prevención y acompañamiento sino también procesos investigativo que validen y definan las línea de trabajo con fundamentación científica.
Masificar esta labor y compartir los resultados de estas acciones, de manera que la comunidad se empodere de este esfuerzo interinstitucional son necesarios para garantizar el éxito de las mismas, es así como el próximo 11 de noviembre se realizará el Foro denominado: “Ayudemos en Vivo: Promoción para la Vida, una Responsabilidad de Todos” que organizan el Programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Neiva, la Secretaria Departamental de Salud del Huila y la Secretaria Municipal de Neiva, en el horario de 8:00 a.m. a 12:00 p.m. en el Auditorio Reynaldo Polanía Polanía de la Universidad Cooperativa de Colombia.
A esta actividad están convocadas todas las personas que deseen asistir. La agenda temática estará centrada en la socialización de estrategias de promoción para la vida, junto a temas de interés hacia la promoción de la vida con invitadas internacionales que estarán en el Foro a través de medios virtuales, como es el caso de la doctora Ángela Beatriz Martínez González presidenta de la Red Mundial de Suicidiólogos de México y la doctora Claudia Bravo, Coordinadora Red Argentina de Suicidiología.
La Resiliencia factor protector que facilita el afrontamiento positivo a los conflictos
Según explica Edna Yoli Pastrana Morales, investigadora, Psicóloga y docente programa de psicología Universidad Cooperativa de Colombia, “más allá de hacer referencia a los problemas y factores de riesgo asociados a las problemáticas de salud mental de la población infantil, adolescente, juvenil y adulta de nuestras regiones, es tener una clara convicción que las condiciones psicológicas conductuales, actitudinales, cognitivas, emocionales y motivacionales, están fundamentadas en la formación de valores humanos, dentro de un soporte estricto de estilos de educación y crianza que permita a todo ser humano desde los primeros años, enfrentar positivamente los conflictos, fortalecer nuestros estilos positivos de afrontamiento y hacer solución adecuada a los problemas porque esto es lo que nos permite reconocer que, como personas tenemos todas las potencialidades internas para reafirmarnos , re potencializarnos y re direccionarnos cuando alguna situación ha generado tensión o angustia.
Todo este conjunto de condiciones personales que permiten restablecernos frente a las dificultades, se llama RESILIENCIA definida de la siguiente manera, según Fraser, Richman y Galinsky (1999) desde la disciplina de Trabajo Social: “es sobreponerse a las dificultades y tener éxito a pesar de estar expuestos a situaciones de alto riesgo; mantener la competencia bajo presión, esto quiere decir saber adaptarse con éxito al alto riesgo y recuperarse de un trauma ajustándose de forma exitosa a los acontecimientos negativos de la vida”. Lo que implica ganar la capacidad para hacer buenas adaptaciones a pesar de experiencias estresantes, porque el ser humano tiene la capacidad de recuperarse de un trauma. Sin embargo, para ganar esta competencia para la vida, la familia, entre otras organizaciones sociales de base, debe proveer las estructuras fundamentales en los niños (as) y adolescentes, indistintamente de la condición social o económica que se tenga; porque la esencia de ser formadores de hijos sanos, se genera en la visión o proyección de hijos que queremos en su condición de seres humanos, a partir de lo cual damos las orientaciones y las pautas indicadas; les generamos limites, normas y reglas basadas en el respeto por la autoridad, por las instituciones, lo mismo que por las normas sociales y afectivas necesarias para una buena convivencia. Por esto les asignamos responsabilidades, las cuales traducidas en acciones, retroalimentamos asertivamente, en función de reafirmar la confianza, firmeza, honestidad, amor por la vida y, sobre todo la fortaleza emocional y espiritual que todo ser humano necesita para hacer frente a las condiciones de dificultad.
De hecho en los adultos, las bases esenciales de la Resiliencia están definitivamente implícitas en todas nuestras dimensiones: afectivas, cognitivas, comunicativas, espirituales, emocionales, además de las sociales; de allí salen a flote, a través de los principios básicos de la autonomía para la acción positiva, la autoestima, al igual que de la búsqueda de apoyo afectivo positivo que fortalezcan las dudas y acrecienten la autoconfianza. Los adultos, tenemos las potencialidades necesarias para enfrentar las crisis a pesar del dolor o angustia; la fuerza interior y la capacidad de activación, resistencia y resolución es una condición esencial del ser humano, siendo fundamental aislar los pensamientos negativos para poner en presente cogniciones e ideas positivas que irradien contingencias y perspectivas favorables a la búsqueda de nuevas oportunidades.
Bajo este marco de reflexión, las entidades de salud regionales, las autoridades estatales y civiles, al igual que la academia, han estado colocando esfuerzos para brindar a las comunidades información, apoyo y acompañamiento en función de generar en toda la estructura comunitaria habilidades para la vida, refuerzo en la formación de valores y orientaciones para afianzar los estilos de afrontamiento positivo. De ello, hay proyectos, programas e iniciativas interinstitucionales exitosas que buscan ahondar esfuerzos para un trabajo coordinado, los cuales serán dados a conocer en desarrollo del Foro denominado: “Ayudemos en Vivo: Promoción para la Vida, una Responsabilidad de Todos”.