Los humedales son pulmones verdes que albergan biodiversidad invaluable, regulan el clima y purifican el aire que respiramos. Estos ecosistemas estratégicos, hogar de fauna urbana y aves migratorias, actúan como interconectores vitales en la red ambiental de las ciudades.
A pesar de su invaluable importancia, estos tesoros verdes se encuentran en peligro. Según el Jardín Botánico de Bogotá, los colombianos han hecho intervención de vivienda en el 87% de los 31.702 humedales que existen en el país.
“Muchos de estos ecosistemas han sido rellenados o fragmentados, y los que aún persisten se enfrentan a graves problemas socioambientales. La disposición inadecuada de residuos sólidos, la falta de conciencia ambiental y el uso inadecuado de estos espacios son solo algunos de los desafíos que ponen en riesgo la supervivencia de los humedales. Incluso, algunos se han convertido en focos de inseguridad para las comunidades aledañas”, afirma Laura Suárez bióloga y docente de la facultad de Biología, Universidad El Bosque.
Por esta razón se requiere una inversión pública prioritaria en la protección y recuperación de estos ecosistemas vitales. La participación comunitaria a través de las veedurías ambientales es fundamental para convertir a las poblaciones aledañas en guardianes y vigías de estos territorios.
La ciencia ciudadana también juega un papel crucial. El monitoreo de la flora y fauna, de las condiciones físicas del humedal y de la calidad del ecosistema son acciones que pueden ser realizadas por la comunidad, empoderando a los ciudadanos y generando información valiosa para la toma de decisiones.
“Todos podemos Involucrarnos en la protección de los humedales no solo es un deber, sino una oportunidad. Conocer la importancia de estos y las amenazas que enfrentan. Unirnos a las actividades de limpieza y restauración de los ecosistemas e informar sobre cualquier actividad que atente contra la integridad de estos espacios naturales”, añade Suárez
Las acciones individuales suman grandes esfuerzos por salvar nuestro planeta.